martes, 19 de octubre de 2010

Una casa poco inteligente

La revista IEEE Spectrum  publica generalmente excelentes artículos sobre los últimos avances cinetíficos, específicamente en el área de la ingeniería, que es muy amplia por cierto. Sin embargo, en el terreno del cambio climático y del calentamiento global es de una corrección política que asusta. Solo presenta adelantos científicos que intentan paliar esta supuesta catrástrofe, sin plantearse jamás si es necesario o no invertir dinero en estas investigaciones o si realmente existe un calentamiento global atropogénico. Traducido del lenguaje ecologista, calentamiento dañino producido por el ser humano capitalista.  En el número de agosto, que leí hace poco, se publicó uno de los artículos de este tipo que más me ha sorprendido. En el artículo "Home, Smart Home"  se describía el rendimiento de una casa "inteligente" en la que vivió durante un año una familia de cuatro miembros, los Sorensen. La inteligencia de la casa radicaba en su diseño, que maximizaba la luz entrante y la ventilación, y la autosuficiencia energética. Para ello se le dotó de 50 metros cuadrados de paneles solares. Según los autores la experiencia fue un éxito. Los paneles generaron 5500 KWh en un año, un 20% más de la electricidad que la casa necesita. Eso sí, en invierno la casa requirió cierta cantidad de energía de la red eléctrica. O sea que lo que se dice independiente no era, más bien casa libre asociada como Puerto Rico. ¿Qué opinaba de la experiencia la familia? Aunque los Sorensen se quejaron del frío en invierno, y por ello les subieron la calefacción 2 grados para que no se resfriaran,  en general estaban bastante contentos. Todo perfecto, ¿no?. A mi parecer la casa presenta un problemilla de generación de energía.
En el artículo se dice que los paneles poseen una eficiencia del 13%. En el Ecologista Escéptico se da el dato de que la potencia media solar en el la superfície del planeta es de 180 W/m2. La cantidad varía dependiendo de la latitud. En los trópicos se reciben 250 W/m2. Supongamos que en Dinamarca en el mejor mes, agosto, recibe del sol 200 W/m2.  Multiplicando por la superficie de los paneles y por la eficiencia me salen 1300 W. Es decir, que olvídate de utilizar al mismo tiempo el microondas y la lavadora por ejemplo. Si mamá Sorensen quería secarse el pelo primero debía preguntar a papá Sorensen si estaba calentando la comida en la vitrocerámica. No soy especialista en el tema, pero creo que los cálculos no van desencaminados.
En agosto la casa generó la cifra de 800 KWh, la más alta del año. Mucho más que el consumo total de energía de la familia ese mes. Lo malo es que el pico de potencia que ofrece es de pocos kilowatios. En cualquier casa española se contratan varios kilowatios, por si un un instante necesitamos utilizar varios electrodomésticos. Eso no significa que gastemos los kilowatios máximos contratados permanentemente. Nuestro consumo total en un mes puede ser de 700 KWh, alcanzando el máximo de potencia contratada en ciertas ocasiones. La familia Sorensen se tuvo que conformar con un máximo de potencia muy reducido, incluso en verano. Para poder utilizar un máximo mayor, deberían haber dotado a la casa de baterías para acumular la potencia generada y no gastada durante el día. Las placas generan una energía constante que se desperdicia y encima cuando se requiere mucha potencia no son capaces de ofrecerla. 
Qué frustante debe de ser en el invierno danés no poder calentar la sopita en el microondas hasta que no termine el lavavajillas. Igual los Sorensen llamaban al "chino" a todas horas para poder comer caliente. A lo mejor lavaban los platos en el río, incluso en invierno. A lo mejor les gustaba llevar la ropa roñosa durante semanas. A mí me empiezan a parecer las condiciones vida de la sociedad pre-industrial. 
El peligro de congelarse no es lo peor de esta casa. Supongo que la nieve impide que los paneles solares actúan eficazmente. A ver quién es el guapo que en invierno se pone a limpiar unos paneles que tienen una inclinación cercana a los 45º. No sé que opinaba papá Sorensen. 
Pero por si no fuera poco, el coste de la casa era de 700000 dólares. Eso con paneles solares no muy caros. Sin  contar la planificación y el diseño, que son dos de sus puntos fuertes según el estudio. El objetivo de todo este sarao es el de librar a tus nietos de una supuesta subida de la tenperatura de décimas de grado, predicha por unos programas de simulación por ordenador que han fallado desde el inicio. Para ello hay que vivir en una casa en la que no puedes utilizar los electrodomésticos, en la que no se genera electricidad por la noche, en la que te juegas la vida para limpiar la fuente energética y por la que se van a hipotecar hasta los futuros recalentados nietos. A mí me parece una elección poco inteligente.

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