Según contó hace una semana el presidente del PP en Galicia, Núñez Feijoo, el PP liderado
de nuevo por Rajoy va a cambiar de rumbo. Aquí cambia todo menos el que manda. Ahora intentará arriconar al PSOE haciéndose el simpático con los nacionalistas, intentando llegar a pactos con los antiguos lobos a los que Feijoo parece poner la piel de inocentes corderitos. La nueva estrategia me recuerda a esas películas de acción o
suspense en las que al final se enfrentan el malo y el bueno.
El malo persigue al bueno con algún arma que ha conseguido de manera torticera. El bueno se esconde para buscar el momento de cargarse al malo, desbaratar sus planes, quedarse con la chica (sobre todo si es James Bond). El malo, como es malo pero no tonto, intenta engañar al bueno diciéndole que salga que pueden llegar a entenderse, que le da la mitad de su negocio, que podrían haber llegado a un pacto. El bueno sabe que en cuanto salga, el malvado le va a atizar de lo lindo, así que se queda calladito esperando su oportunidad.
La película termina con el bueno perdonando la vida del malo, que como es muy malo, hace un último intento de aniquilar al bondadoso y éste en defensa propia, no a sangre fría, se carga finalmente al malo. La estrategia que muchos barones del PP quieren que Rajoy les imponga se parece al final de la película. En este caso es el bueno quien agazapado le pide al malo un pacto. En lugar de recelar de una serie de partidos que han llegado a firmar pactos (el del Tinell) para apartar al PP de cualquier puesto de poder y que desean la destrucción de la nación y el estado, el PP abandonaría sus posiciones, sus principios, para salir al encuentro del malvado y decirle...podemos entendernos!!.
Con eso creen que van a derrotar al otro malvado del film, el pérfido ZP. Lo que pasará es lo que no hemos visto en ninguna película, pero todos sospechamos. El malo le meterá un balazo al bueno en cuanto se ponga a tiro. Y además se irá a celebrarlo con cava y chacolí junto con el archi-malvado de la película.